A partir del 11 de julio de 2016, la FinCEN exigirá que las instituciones financieras vigilen más de cerca a sus clientes nuevos y existentes. Al abrir una nueva cuenta, las personas jurídicas deberán revelar todos los beneficiarios efectivos que posean más de 25% o que sean la única persona física que ejerza el control de la empresa.
Además, la nueva norma modifica la norma del Programa contra el Blanqueo de Dinero para exigir que las instituciones financieras apliquen procedimientos basados en el riesgo para llevar a cabo una diligencia debida continua con los clientes, es decir, vigilar y notificar las transacciones sospechosas.
En otras palabras, la FinCEN exige a las instituciones financieras que señalen y notifiquen cualquier actividad "sospechosa" que perciban, así como que verifiquen la identidad de los beneficiarios efectivos de su clientela.
Es importante que tanto los propietarios de empresas como las instituciones financieras comprendan las implicaciones y los efectos que esta nueva norma puede tener en su forma de hacer negocios. En el Bufete de Ramón de la Cabada, tenemos experiencia en asesorar a clientes y ayudar en la aplicación de medidas para evitar futuras indagaciones o investigaciones.